av Bernardo de Worms
196,-
Corre el año 797 y el reino de Carlomagno está a punto de alcanzar su apogeo. La espada del monarca se ha convertido en garante de la estabilidad de la Iglesia en cuanto se refiere a su poder secular, pero también de su expansión a nivel de dominio espiritual en Europa. Pronto el Papa León III lo coronará Emperador de occidente. Sin embargo, en una abadía de Alemania, se conserva, protegido por el mayor secreto, un objeto fabuloso que, se dice, otorga un poder ilimitado al Rey; pero que, por esa misma razón, despierta un prurito inmoderado de posesión entre sus enemigos. A la muerte del nonagenario Ramiro, discípulo del monje que lo había sacado de España para evitar que cayera en manos de los musulmanes y cuya reputación de mago omnímodo lo había convertido en su temible custodio, se desencadena en la abadía, entre los diferentes grupos de espías a sueldo de las grandes potencias de la época, una lucha cruel por apoderarse de él o, cuanto menos, de usarlo en beneficio propio. Para ello, no dudarán en asesinar y torturar. Sin embargo, cuando al fin consiguen hallarse ante el objeto de todos sus deseos, mueren sistemáticamente, pues desconocen la clave que les hubiera permitido un uso eficaz. Bernardo, un joven novicio recién llegado al monasterio, acabará descubriéndola.