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  • av Pedro Antonio de Alarcón
    160,-

  • av Alejandro Magarinos Cervantes
    246,-

    Alejandro Magarinos Cervantes (Montevideo, 1825-1897), Uruguay, publico en Madrid, en 1848 Caramuru , la primera novela uruguaya de tono gauchesco. Esta es una novelapicaambientada enUruguay, testimonio de las guerras americanas del siglo XIX.Caramursignifica en guaran "e;cosa larga"e; y se aplica a la anguila. El personaje principal de esta novela tiene este apodo y es un hijo de indio y espaola, atrapado en sus conflictos de identidad y su afn pico de justicia. El relato es muy gil y consigue convertir una historia de amor romntico en una trama llena de peripecias polticas.

  • av Martín Morúa
    300,-

  • av Ramón Meza
    280,-

    Mi tio el empleado relata la historia de don Vicente Cuevas, que llega a Cuba de Espana a bordo de un bergantin, sin mas carta de presentacion que una recomendacion del senor marques de Casa Vetusta. La novela es narrada por el sobrino de Vicente; y denuncia como los funcionarios de la colonia se corrompen y enriquecen. Este relato de Ramon Meza transcurre entre sordidas oficinas, en el lujo grotesco de los advenedizos y oportunistas. Jose Marti dijo que su estilo es tan preciso que parece una hoja de espada a la vaina.

  • av Juan Valera
    256,-

  • av Juan Valera
    196,-

    En la Andalucia del siglo XIX, la joven Pepita Jimenez -obligada por su tia Salvaora a casarse con el usurero Gumersindo- enviuda durante su banquete de bodas. Tras el funeral de su marido, Pepita es pretendida por un conde y por el hacendado Pedro, padre del seminarista Luis. Sin embargo, la joven se siente atraida por Luis, quien vuelve a su pueblo natal para pasar una vacaciones antes de ordenarse sacerdote y contiene su deseo por respeto a su padre. La novela ms famosa de Juan Valera es Pepita Jimnez (1874), fue publicada por entregas en la Revista de Espaa, traducida a diez lenguas en su poca y vendi ms de 100.000 ejemplares.

  • av Alberto Blest Gana
    350,-

    Desde su inicio esta novela de Alberto Blest Gana muestra su estilo realista y expone los conflictos de Martin Rivas, recien llegado a Santiago de Chile con la intencion de abrirse mundo. A principios del mes de julio de 1850, atravesaba la puerta de la calle de una hermosa casa de Santiago un joven de veintids a veintitrs aos. Su traje y sus maneras estaban muy distantes de asemejarse a las maneras y al traje de nuestros elegantes de la capital. Todo en aquel joven revelaba al provinciano que viene por primera vez a Santiago. Sus pantalones negros embotinados por medio de anchas trabillas de becerro, a la usanza de los aos de 1842 y 43; su levita de mangas cortas y angostas; su chaleco de raso negro con grandes picos abiertos, formando un ngulo agudo, cuya bisectriz era la lnea que marca la tapa del pantaln; su sombrero de extraa forma y sus botines, abrochados sobre los tobillos por medio de cordones negros, componan un traje que recordaba antiguas modas, que solo los provincianos hacen ver de tiempo en tiempo por las calles de la capital. La trama de Martn Rivas es muy intrincada, contiene deseos, ambicin, diferencias de clase, intrigas polticas y malentendidos que convierten su vida de Martn en una carrera pica por el reconocimiento social y el amor.

  • av Mariano Jose de Larra & Mariano Jos De Larra
    350,-

  • av Ricardo Güiraldes
    356,-

    Entre los topicos inicialmente esgrimidos contra Don Segundo Sombra esta su caracter popular, el respeto por el habla y las costumbres de los gauchos. Sin embargo, desde el principio mismo de esta obra de Ricardo Guiraldes se percibe que no estamos ante un retrato localista o una exhaltacion ingenua de un tipo social. El relato es moderno por su construccion y ritmo, por su tratamiento de los personajes, por la yuxtaposicion de las escenas y por su descripcion de la "e;epica"e; politica. Los personajes parecen extranamente implicados en los conflictos de su tiempo y a la vez distantes, obedeciendo a impulsos interiores que contrastan con una realidad de fondo.

  • av Gertrudis Gómez de Avellaneda
    260,-

    En Espatolino Gertrudis Gomez de Avellaneda narra la historia de un bandido que actua en Napoles y Roma. Tiene agentes y espias que lo mantienen al tanto de los movimientos del gobierno y de la policia, y de las rutas de viajeros. Espatolino es agil y diestro con las armas. Su nombre es una leyenda. Pero un dia conoce a una bella mujer: Anunziata. A partir de ese momento las cosas cambian dentro de la banda y en el propio Espatolino, quien se enfrenta entonces a un adversario dificil de vencer o controlar.

  • av Vicente Blasco Ibañez
    260,-

    Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928). España.Nació en Valencia el 29 de enero de 1867. Estudió Derecho pero no ejerció esa profesión y se dedicó a la política y la literatura.Con veintiún años se inició en la Masonería el 6 de febrero de 1887 y adoptó el nombre simbólico de Danton en la Logia Unión nº 14 de Valencia y despues en la logia Acacia nº 25.Allí recibió el encargo del presidente Raymond Poincare de escribir esta novela sobre la guerra: Los cuatro jinetes del Apocalipsis (1916), que fue un autentico exito de ventas en los Estados Unidos. Blasco Ibáñez murió en Menton (Francia) el 28 de enero 1928.

  • av Carlos (Universidad de Los Andes Bogota Colombia) Montenegro
    356,-

    Carlos Montenegro (Galicia, 1900-Miami, 1981) Cuba.Fue comunista militante y corresponsal en la guerra civil española. Durante su estancia en la cárcel, se dio a conocer como cuentista con El renuevo, recogido en El renuevo y otros cuentos (1929). Ya en libertad, publicó la colección de cuentos Dos barcos (1934). Su mejor obra es la novela Hombres sin mujer (1938), documento duramente realista sobre la tragedia sexual de los presidiarios en Cuba. Al triunfar la revolución de 1959, abandonó la isla, adonde ya no regresó.

  • av Horacio Quiroga
    170,-

    Relatos de Horacio Quiroga Fragmento de la obraManual del perfecto cuentistaUna larga frecuentacin de personas dedicadas entre nosotros a escribir cuentos, y alguna experiencia personal al respecto, me han sugerido ms de una vez la sospecha de si no hay, en el arte de escribir cuentos, algunos trucos de oficio, algunas recetas de cmodo uso y efecto seguro, y si no podran ellos ser formulados para pasatiempo de las muchas personas cuyas ocupaciones serias no les permiten perfeccionarse en una profesin mal retribuida por lo general y no siempre bien vista. Esta frecuentacin de los cuentistas, los comentarios odos, el haber sido confidente de sus luchas, inquietudes y desesperanzas, han trado a mi nimo la conviccin de que, salvo contadas excepciones en que un cuento sale bien sin recurso alguno, todos los restantes se realizan por medio de recetas o trucos de procedimiento al alcance de todos, siempre, claro est, que se conozcan su ubicacin y su fin. Varios amigos me han alentado a emprender este trabajo, que podramos llamar de divulgacin literaria, si lo de literario no fuera un trmino muy avanzado para una anagnosia elemental. Un da, pues, emprender esta obra altruista, por cualquiera de sus lados, y piadosa, desde otros puntos de vista. Hoy apuntar algunos de los trucos que me han parecido hallarse ms a flor de ojo. Hubiera sido mi deseo citar los cuentos nacionales cuyos prrafos extracto ms adelante. Otra vez ser. Contentmonos por ahora con exponer tres o cuatro recetas de las ms usuales y seguras, convencidos de que ellas facilitarn la prctica cmoda y casera de lo que se ha venido a llamar el ms difcil de los gneros literarios. Comenzaremos por el final. Me he convencido de que, del mismo modo que en el soneto, el cuento empieza por el fin. Nada en el mundo parecera ms fcil que hallar la frase final para una historia que, precisamente, acaba de concluir. Nada, sin embargo, es ms difcil. Encontr una vez a un amigo mo, excelente cuentista, llorando, de codos sobre un cuento que no poda terminar. Faltbale solo la frase final. Pero no la vea, sollozaba, sin lograr verla as tampoco. He observado que el llanto sirve por lo general en literatura para vivir el cuento, al modo ruso; pero no para escribirlo. Podra asegurarse a ojos cerrados que toda historia que hace sollozar a su autor al escribirla, admite matemticamente esta frase final:"e;Estaba muerta!"e;

  • av Ramón Del Valle-Inclán
    176,-

    Sin duda para Valle-Inclan las cosas mas bellas creadas por los hombres son para los ojos y los oidos, incluso el alma que expresan las letras pertenece a la musica. Sonatas, es el esfuerzo de Valle-Inclan por conseguir una prosa ritmica, la voluntad de que su prosa se acerque lo mas posible a la musica. La eleccion de cada palabra no se reduce solo a la carga intelectual o sentimental, sino a las asociaciones sonoras que suscita esa palabra en el texto y la relacion que establece con el resto. Las Sonatas representan la cima del arte de Valle-Incln en su etapa modernista. Son cuatro novelas cortas pero con relaciones internas que las hace una obra unitaria: Sonata de otoo, 1902, Sonata de esto, 1903, Sonata de primavera, 1904 y Sonata de invierno, 1905. Las Sonatas cuentan las memorias ficticias del Marqus de Bradomn, un alter ego del propio Valle-Incln que se define con aquellos famosos eptetos de "e;feo, catlico y sentimental"e;. En cada una de las sonatas el marqus va rememorando con nostalgia distintas etapas de su vida, que discurren a su vez en lugares y un ambiente social que el escritor demuestra conocer muy bien. En Sonata de primavera nos presenta a un joven protagonista, que sirve como mensajero del Vaticano y que es enviado al Palacio Gaetani, donde intentar conquistar a la hija mayor de la princesa, Mara del Rosario, que est a punto de tomar los hbitos. Ella lo toma por el diablo y huye de l. El amor, el satanismo, la fe y la muerte son los principales temas que Valle-Incln ha abordado en este libro.

  • av Garci Rodríguez de Montalvo
    460,-

    Amadis de Gaula es una obra maestra de la literatura fantastica en castellano y el mas famoso de los llamados libros de caballerias, que hicieron furor a lo largo del siglo XVI en Espana. A fines del siglo XV Garci Rodriguez de Montalvo preparo su version definitiva, cuya edicion mas antigua conocida es la de Zaragoza 1508, con el nombre de Los cuatro libros de Amadis de Gaula, pero se trata de una obra muy anterior, que ya existia en tres libros desde el siglo XIV, segun consta en obras del canciller Pero Lopez de Ayala y Pero Ferrus. Montalvo confiesa haber enmendado los tres primeros libros y ser el autor del cuarto. Todo indica que la version original de Amadis era portuguesa. Se ha atribuido a diversos autores: la Cronica portuguesa de Gomes Eanes de Azurara, escrita en 1454, menciona como su autor a a un tal Vasco de Lobeira que fue armado caballero en la batalla de Aljubarrota (1385). Otras fuentes dicen que el autor fue un tal Joao de Lobeira, y no el trovador Vasco de Lobeira.

  • av Antonio de Villegas
    140,-

    Este relato cuenta como un musulman, prisionero del rey cristiano Rodrigo de Narvaez, recobra su libertad, tras cumplir su palabra de volver a prision, despues celebrar su boda con su amada Jarifa. Esta obra fue incluida, desde 1561, tras el cuarto libro de la Diana de Jorge de Montemayor. Adems, Lope de Vega compuso sobre el tema su comedia El remedio en la desdicha.

  • av Garci Rodríguez de Montalvo
    386,-

    Amadis de Gaula es una obra maestra de la literatura fantastica en castellano y el mas famoso de los llamados libros de caballerias, que hicieron furor a lo largo del siglo XVI en Espana. A fines del siglo XV Garci Rodriguez de Montalvo preparo su version definitiva, cuya edicion mas antigua conocida es la de Zaragoza 1508, con el nombre de Los cuatro libros de Amadis de Gaula, pero se trata de una obra muy anterior, que ya existia en tres libros desde el siglo XIV, segun consta en obras del canciller Pero Lopez de Ayala y Pero Ferrus. Montalvo confiesa haber enmendado los tres primeros libros y ser el autor del cuarto. Todo indica que la version original de Amadis era portuguesa. Se ha atribuido a diversos autores: la Cronica portuguesa de Gomes Eanes de Azurara, escrita en 1454, menciona como su autor a a un tal Vasco de Lobeira que fue armado caballero en la batalla de Aljubarrota (1385). Otras fuentes dicen que el autor fue un tal Joao de Lobeira, y no el trovador Vasco de Lobeira.

  • av Garci Rodríguez de Montalvo
    330,-

    Amadis de Gaula es una obra maestra de la literatura fantastica en castellano y el mas famoso de los llamados libros de caballerias, que hicieron furor a lo largo del siglo XVI en Espana. A fines del siglo XV Garci Rodriguez de Montalvo preparo su version definitiva, cuya edicion mas antigua conocida es la de Zaragoza 1508, con el nombre de Los cuatro libros de Amadis de Gaula, pero se trata de una obra muy anterior, que ya existia en tres libros desde el siglo XIV, segun consta en obras del canciller Pero Lopez de Ayala y Pero Ferrus. Montalvo confiesa haber enmendado los tres primeros libros y ser el autor del cuarto. Todo indica que la version original de Amadis era portuguesa. Se ha atribuido a diversos autores: la Cronica portuguesa de Gomes Eanes de Azurara, escrita en 1454, menciona como su autor a a un tal Vasco de Lobeira que fue armado caballero en la batalla de Aljubarrota (1385). Otras fuentes dicen que el autor fue un tal Joao de Lobeira, y no el trovador Vasco de Lobeira.

  • av Vicente Blasco Ibañez
    330,-

    La Valencia industriosa y las fiestas populares, sirven de escenario a Arroz y tartana, de Vicente Blasco Ibanez, novela que relata la lucha entre el comercio tradicional y el incipiente mercado de la Bolsa. Manuela es la heredera de una familia de industriales que hicieron riqueza con trabajo laborioso, e inversiones prudentes. De joven se cas por despecho con un dependiente de tienda. Tras enviudar y recibir su voluminosa herencia, se casa con un atractivo calavera con el que malgasta con rapidez su fortuna. En su ambiente muchos codician ganancias rpidas en la Bolsa. Desean ostentar sus riquezas en pblico: usar coches caros, llevar ropa francesa, y tener mayordomos, ignorantes de la tragedia que se les avecina.

  • av Godofredo Daireaux
    246,-

    Relatos de Godofredo Daireaux PrlogoI. LOS DUENDES DE LA COLORADAEn la inmensa llanura entapizada de pajonales matosos, traicioneros encubridores de vidas acechadoras y de muertes ignotas; sin ms atenuacin a su ttrica soledad que unas cuantas miserables chozas de techo de paja perdidas entre los juncales, existi, por mucho tiempo, una estancia misteriosa. Ocupaba una pequea loma, larga y angosta, rodeada de caadones sin fin y oculta, casi siempre, entre brillazones engaosas. La llamaban "e;la Colorada"e; porque en el horizonte, relumbraba a menudo como siniestra llamarada de incendio o roja mancha de sangre: "e;Por ser el techo de teja"e;, decan algunos; pero, sin incendio ni sangre, no puede haber reflejo a sangre ni incendio. Establecimiento primitivo, aglomeracin de ranchos, ramadas y ombes, con corrales de palo a pique y montecito de sauces, sus haciendas -afirmaban los que decan haber cruzado su campo-, eran todas ariscas y bravas, cuidadas por unos gauchos temibles, de poncho y chirip, botas de potro y grandes espuelas, armados de cuchillos enormes, enemigos acrrimos del extranjero, refractarios a toda civilizacin. Sobre su dueo corran entre la gente mil historias. Para muchos era el mismo Mandinga en persona, y nadie ms; otros decan que all tena su morada un duende matrero, caudillo de antao, sanguinario y burln, quien -lo mismo que cuando estuviera en vida-, por puro capricho de loco omnipotente, humillaba a sus vctimas, antes de degollarlas. De "e;la Colorada"e; salan entre alaridos huestes devastadoras. Sus sangrientas fechoras, en forma de revoluciones polticas se sucedan casi sin interrupcin; del Sud pobre y rudo, se extendan al Norte frtil, llenndolo todo de crmenes y de sangre, atajando la inmigracin, anhelosa ya de traer al pas la fuerza de sus brazos, la ayuda de su labor, la luz y la riqueza. Todo era caos, noche, tempestad. Se disputaban la palma de la destruccin y del atraso el salvajismo poltico y el salvajismo del indio. La justicia pareca tener por misin castigar a la gente buena y recompensar a los criminales. Gobernar consista en dominar por el terror o por el hambre a los contrarios, a los que haban dado o vendido su voto al candidato vencido. De rojo subido se pona, en ciertas ocasiones, el espejismo de "e;la Colorada"e; y el pueblo atemorizado vea en ello el signo fatal de nuevas calamidades inmerecidas, obra de algunos desalmados cuya ambicin vena a impedir el desarrollo de la prosperidad nacional

  • av Alonso Castillo Solórzano
    276,-

    En Aventuras del bachiller Trapaza (1637), Castillo Solorzano narra las andanzas de Hernando o Fernando, estudiante en Alcala, picaro en Andalucia, estafador itinerante y galeote al final, traicionado por su amada Estefania.

  • av José Joaquín Fernández Lizardi
    276,-

    El Periquillo Sarniento es la primera novela de toda Hispanoamérica. Fue escrita en México por José Joaquín Fernández de Lizardi en 1816. El libro muestra una marcada influencia neoclásica y pretensiones moralizantes. Cuenta la vida de un anciano que ante la cercanía de la muerte escribe un texto biográfico con consejos para sus hijos. Allí entre otras cosas relata su experiencia con la iglesia mexicana y su salida de un convento franciscano donde estuvo recluido algunos meses.

  • av Benito Perez Galdos
    260,-

    Nazarin. Benito Perez Galdos:Fragmento de la obraA un periodista de los de nuevo cuo, de estos que designamos con el extico nombre de reprter, de estos que corren tras de la informacin, como el galgo a los alcances de la liebre, y persiguen el incendio, la bronca, el suicidio, el crimen cmico o trgico, el hundimiento de un edificio y cuantos sucesos afectan al orden pblico y a la Justicia en tiempos comunes o a la higiene en das de epidemia, debo el descubrimiento de la casa de huspedes de la ta Chanfaina (en la fe de bautismo Estefana), situada en una calle cuya mezquindad y pobreza contrastan del modo ms irnico con su altsono y coruscante nombre: calle de las amazonas. Los que no estn hechos a la eterna guasa de Madrid, la ciudad (o villa) del sarcasmo y las mentiras maleantes, no pararn mientes en la tremenda fatuidad que supone rtulo tan sonoro en calle tan inmunda, ni se detendrn a investigar qu amazonas fueron esas que la bautizaron, ni de dnde vinieron, ni qu demonios se les haba perdido en los Madroales del Oso. He aqu un vaco que mi erudicin se apresura a llenar, manifestando con orgullo de sagaz cronista que en aquellos lugares hubo en tiempos de Mari-Castaa un corral de la Villa, y que de l salieron a caballo, aderezadas a estilo de las heronas mitolgicas, unas comparsas de mujeronas que concurrieron a los festejos con que celebr Madrid la entrada de la reina doa Isabel de Valois. Y dice el ingenuo avisador coetneo, a quien debo estas profundas sabiduras: "e;Aquellas hembras, buscadas ad hoc, hicieron prodigios de valor en las plazas y calles de la Villa, por lo arriesgado de sus juegos, equilibrios y volteretas, figurando los guerreros cogerlas del cabello y arrancarlas del arzn para precipitarlas en el suelo"e;. Memorable debi ser este divertimiento, porque el corral se llam desde entonces de las Amazonas, y aqu tenis el glorioso abolengo de la calle, ilustrada en nuestros das por el establecimiento hospitalario y benfico de la ta Chanfaina.

  • av Miguel de Cervantes Saavedra
    150,-

    Se ha dicho que "e;posiblemente, el mas acabado ejemplo del amor de los negros por la guitarra lo proporciona Miguel de Cervantes en El celoso extremeno, a traves de uno de los personajes, el negro Luis"e;.Y aunque sorprenda, esta pieza refleja el ambiente musical y de mezcla cultural de la Espana renacentista. El personaje de Luis se convierte en el punto de giro de la trama debido a su inters por la msica.

  • av Juan Valera
    170,-

    Ambientada en la Espana del sigo III de nuestra era, Juan Valera describe asi a su personaje: "e;Elisa la Malaguena no solo era gentil, o digamos idolatra, sino hembra algo liviana y alegre, como a su oficio convenia, pues era del genero y condicion de las muchachas de Cadiz, que ya celebra Anacreonte, y de la Teletusa de Betica, que Marcial encomia. Elisa cantaba, bailaba y repiqueteaba las castanuelas"e;.

  • av Juan Valera
    156,-

    El bermejino prehistorico o las salamandras azules es un relato de Juan Valera que transcurre a lo largo del Mediterraneo. Desde Espana hasta Jerusalen los personajes se encuentran y desencuentran afrontando las mas disimiles peripecias.

  • av Jose Marmol
    530,-

    En 1844 Jose Marmol publico la primera parte de Amalia, novela autobiografica y de costumbres con marcado trasfondo politico considerada una obra de referencia en el romanticismo social. El 4 de mayo de 1840, a las diez y media de la noche, seis hombres atravesaban el patio de una pequea casa de la calle de Belgrano, en la ciudad de Buenos Aires. Llegados al zagun, oscuro como todo el resto de la casa, uno de ellos se para, y dice a los otros:-Todava una precaucin ms. -Y de ese modo no acabaremos de tomar precauciones en toda la noche -contesta otro de ellos, al parecer el ms joven de todos, y de cuya cintura penda una larga espada, medio cubierta por los pliegues de una capa de pao azul que colgaba de sus hombros. -Por muchas que tomemos, sern siempre pocas -replica el primero que haba hablado-. Es necesario que no salgamos todos a la vez. Somos seis; saldremos primeramente tres, tomaremos la vereda de enfrente; un momento despus saldrn los tres restantes, seguirn esta vereda, y nuestro punto de reunin ser la calle de Balcarce, donde cruza con la que llevamos. -Bien pensado. -Sea, yo saldr delante conMerlo, y el seor -dijo el joven de la espada a la cintura, sealando al que acababa de hacer la indicacin. Y diciendo esto, tir el pasador de la puerta, la abri, se emboz en su capa, y atravesando a la vereda opuesta con los personajes que haba determinado, enfil la calle de Belgrano, con direccin al ro. Los tres hombres que quedaban salieron dos minutos despus, y luego de haber cerrado la puerta, tomaron la misma direccin que aqullos, por la vereda determinada.

  • av Ricardo Palma
    410,-

    Las Tradiciones peruanas, de Ricardo Palma, son una cronica apasionante de la historia del Peru, llena imagenes atrapadas entre el costumbrismo, la ironia y la reflexion cultural. Palma sorprende por la modernidad y agudeza de su prosa, por su voluntad de construir una memoria nacional de marcado valor estetico.

  • av Ricardo Palma
    386,-

    Las Tradiciones peruanas, de Ricardo Palma, son una cronica apasionante de la historia del Peru, llena imagenes atrapadas entre el costumbrismo, la ironia y la reflexion cultural. Palma sorprende por la modernidad y agudeza de su prosa, por su voluntad de construir una memoria nacional de marcado valor estetico.

  • av Ricardo Palma
    410,-

    Las Tradiciones peruanas, de Ricardo Palma, son una cronica apasionante de la historia del Peru, llena de imagenes atrapadas entre el costumbrismo, la ironia y la reflexion cultural. Palma sorprende por la modernidad y agudeza de su prosa, por su voluntad de construir una memoria nacional de marcado valor estetico.

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