- Antigoni
av Juan Carlos Hidalgo Antigoni
176,-
PROLOGO MUJER DE BRISA, me pareció desde el primer momento en que lo leÃ, el nombre más adecuado para este poemario en el que el autor ha querido representar a su musa, en la más bella forma que tiene el idioma para representar el sentimiento humano, esto es: La poesÃa. Cada una de sus páginas encierra la inspiración de cada dÃa, de cada hora, de cada minuto que esta musa ha pasado al lado del poeta, esa musa que sin haberlo elegido, he sido yo, motivo por el cual Antigoni me ha pedido prologar este ejemplar que, como he dicho antes, lleva grabados en sus páginas, no sólo los sentimientos del poeta, sino también los de la mujer que los inspira, al ser enteramente compartidos. Debo decir que esos han sido momentos mágicos desde el primer instante en que nuestras vidas se cruzaron, producto del azar o del destino, pero en todo caso, esperado por ambos desde siempre. Lo que ninguno de los dos sabÃa, es que ese encuentro iba a derivar en el transcurso de dos años, en nueve poemarios, porque aunque Antigoni escribe desde su niñez, por veintisiete años abandonó las letras, que resurgieron como por arte de magia (o del amor) en el mismo momento de encontrarnos, para fluir como una fuente inagotable. En este libro escrito en la más bella estrofa de la poesÃa castellana, cual es el soneto, el lector se deleita con cada uno de ellos; especialmente quienes como yo reviven momentos inolvidables de su vida, porque todos de una u otra forma, creemos en el amor puro, sincero y bueno, Ser más que la mujer amada, la musa que ha inspirado este y todos sus libros, es una experiencia inesperada, bastante regalo es el amor con la poesÃa que de sà encierra, para como añadidura vivir la experiencia de ver ese sentimiento mutuo, plasmado en las hojas de un libro y en él la calidad humana que le pone Antigoni cuando deja traslucir la satisfacción de conseguir uno de sus sueños, que más allá del amor y la vida, lo lleva a cumplir su más anhelada meta que es en su caso la poesÃa, razón fundamental de su existencia y porque como él, todos tenemos una meta y un destino que cumplir. Me siento maravillada por el continuo fluir de sus versos y a la vez llena de tantos sentimientos que he compartido al lado del escritor, tantos en tan poco tiempo, que a veces pienso que durante muchÃsimos años, antes de encontrarnos, nuestras almas se buscaron, tal vez ya antes se encontraron en otra dimensión, en la dimensión de lo mágico y lo sobrenatural donde todos los elementos del universo conspiraron cuando aún nuestras vidas transcurrÃan vacÃas por falta de amor y de objetivos. En este contexto se unen las vidas de la musa y el poeta para generar la más grande de las emociones del hombre. Asà nació y como este, seguirán naciendo amores en el mundo, los destinos de hombres y mujeres seguirán uniéndose para buscar su unidad y su razón de existir, que más allá del amor y la compañÃa, más allá de la perpetuación de la especie, más allá del instinto que nos empuja uno al otro, es la búsqueda y consecución del equilibrio universal que siendo común a todo lo creado, no es ajeno ni al hombre ni a la mujer, en tanto y en cuanto, son complementarios en el plan de la creación. Fue el propio Dios quien dictaminó "No es bueno que el hombre esté sólo..." Por eso si Dios existe - y existe para la mayorÃa de las personas- el encuentro de las almas afines es parte de su eterno plan y el amor no es sino su realización. Este poemario desarrolla en poesÃa todas estas ideas y por eso es especial para mÃ, porque más allá de ser el ideal de mujer que acompaña al hombre, soy -quiéralo o no- la musa que inspira al poeta y quizás la única musa que haya tenido la oportunidad de prologar el libro que ella misma inspiró. ELENA RODRIGUEZ RODRIGUEZ