Con un corazón inmenso, donde caben unos padres, dos hermanas, dos hijas, muchas historias, chistes, un país, un amor y unas cuantas cicatrices, Patty como llamaré en lo sucesivo a la protagonista de estas memorias, nos relata desde su infancia como la curiosidad y espíritu aventurero son detonantes que mantienen encendido el fuego del deseo más profundo de un ser humano, pues así mismo, ese corazón también alberga un lugar muy pequeño para las dudas y los miedos, a los cuales Patty decidió no darles mucha atención. Ella descubrió desde muy pequeña que la vida había que disfrutarla y vivirla al máximo y nos enseña a través de su libro que hay veces en las cuales Más vale pedir perdón que pedir permiso.
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