av Johann Wolfgang von Goethe
260,-
Si bien las temáticas luctuosas, oscuras y de horror estuvieron presentes en la poesía occidental desde sus mismos orígenes, no sería sino hasta el Romanticismo que el gusto por la oscuridad se generalizaría y pasaría a formar parte de la estética de un movimiento entero. Partiendo de la balada de terror y sus escalofriantes escenas, el horror y los sentimientos mórbidos cautivarían a los autores románticos, tanto a los cultores de la poesía lírica como a los baladistas, y seguirían en lo sucesivo resultando una influencia insoslayable para las diferentes escuelas posrománticas y para toda la posterior literatura de horror. Este volumen, que nos lleva de la balada alemana al decadentismo francés, nos ofrece un panorama bastante completo de la importancia que estos temas tuvieron en las letras del siglo XIX.Los autores y obras incluidos en este recorrido son Gottfried Bürger (las baladas Lenore y El cazador salvaje), J. W. von Goethe (El rey de los elfos, El pescador, La novia de Corinto y Danza macabra), Ludwig Tieck (Melancolía), Clemens Brentano (la balada de Lorelei), Adelbert von Chamisso (Deja descansar a los muertos y La moribunda), Joseph von Eichendorff (Diálogo en el bosque y La noche), Wilhelm Müller (poemas de Viaje de invierno), Heinrich Heine (Lorelei y El doble), Eduard Mörike (La sombra y Los fantasmas de Mummelsee), Mathilde Wesendonck (En el invernadero y Aflicciones), William Blake (Al Invierno y El Jardín del Amor), William Wordsworth (Pieza nocturna y Tejos), Samuel Taylor Coleridge (La balada del viejo marinero), Robert Southey (Mis días entre los muertos han pasado y El obispo Hatto), Thomas Moore (El anillo y El escudo), Lord Byron (Oscuridad y El hechizo), P. B. Shelley (Himno a la Belleza Intelectual y Oda al Viento Oeste), John Keats (Oda a un ruiseñor y La Belle Dame sans Merci), Lord Tennyson (Lágrimas, vanas lágrimas y Titono), Algernon Charles Swinburne (El jardín de Proserpina), Edgar Allan Poe (El cuervo, La durmiente, Solo y Ulalume), Giacomo Leopardi (poemas de sus Idilios y Cantos), François-René de Chateaubriand (obras de Cuadros de la naturaleza), Alphonse de Lamartine (varias de sus Meditaciones poéticas), Alfred de Vigny (La Desdicha), Pétrus Borel (Aislamiento), Alfred de Musset (dos de sus Noches), Théophile Gautier (Lamento), C. M. Leconte de Lisle (El frío viento de la noche y A un poeta muerto), Charles Baudelaire (piezas de Las flores del mal), Stéphane Mallarmé (La siesta de un fauno) y Maurice Rollinat (poemas de Las neurosis).