Para los africanos y afrodescendientes, definitivamente ese mundo desconocido al que se nos fuerza integrarnos es un mundo que pretende absorver nuestros territorios, recursos, cultura, talento y conocimientos sin tenernos en cuenta.
Ese mundo que se ha construido sobre la sangre y las vidas de millones de hombres y mujeres africanos es un mundo que en estos momentos ya no se sostiene porque el imperio de las injusticias nunca dura para siempre.
Si aprendemos a reconocer las cosas por sus nombres y llamarlas no por otra cosa que no sea su verdadera forma, entonces quizá nos merezcamos esa oportunidad que con frecuencia brinda el destino para los pueblos que no desean sufrir de manera eterna la opresión a causa del yugo de otros pueblos.
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