Om Esquizofrenia
El quinto episodio de los relatos de Marón empieza analizando la vida de dos personajes que, por distintas razones, han sido vÃctimas de un sistema en que se delegan los diagnósticos de salud mental en personas que no están formadas para algo tan delicado.
Abel es vÃctima del maltrato y persecución de unos compañeros de clase que sacian sus complejos y satisfacen sus frustraciones con él, con una crueldad frÃa, e ignorantes del mal que puedes llegar a ocasionar. Cuando la escuela y la familia reaccionan, el daño ya está hecho, aunque aún no en un grado irremediable. Psicólogos y psiquiatras que se ocupan de diagnosticar y seguir a muchachos como Abel no acaban de llegar al fondo y acaban tratando un estrés postraumático como una falta de atención y de concentración (TDAH) con fármacos muy de moda y de dudosa eficacia, aparte de dejar en manos de reeducadores que en raras ocasiones consiguen encauzar un problema que solo es el árbol de un bosque profundo.
En el caso de Paqui ocurre más de lo mismo. Nadie se entera de que en la base de su fracaso escolar y su rebeldÃa no existe nada más que una falta de atención a sus sentimientos, a su inteligencia emocional. Unos padres que se ocupan más de su trabajo y de su éxito personal que de su propia familia no son capaces de cubrir la necesidad esencial de una hija: el amor y la atención que el humano requiere, un tiempo de calidad.
En este mundo de frustraciones, los dos personajes se encuentran por casualidad y descubren el amor desinteresado, el placer y la alegrÃa de vivir.
En los diferentes hospitales por los que pasa, Paqui continúa siendo aquella niña rebelde que reclama atenciones emocionales con un lenguaje incomprendido. Y en el lenguaje verbal, demuestra que sirve para mentir, llamar la atención y no para decir lo que nadie quiere escuchar, la verdad. Con más razón ama, por esto, a los animales, que, al expresarse con el cuerpo, no saben mentir.
En una de sus escapadas furtivas, nuestra protagonista hasta entonces acaba descubriendo, por azar, unas actividades que implican tráfico de personas.
Ella misma es amenazada por un activista y salvada por Argos, el perro del doctor Marón que cuida un amigo del centro de Hospitalet, el Jose, dueño de un bar musical. Argos será quien alerte a los héroes protagonistas de los relatos. En realidad, van tras una organización con gran poder tecnológico cuyas intenciones van más allá del enriquecimiento ilegal traficando con las personas más indefensas.
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