Mael, descendiente de una familia regia de Cambray, entró a los nueve años en la abadía de Yvern, adonde lo llevaron para que se instruyera en las letras sagradas y profanas. A la edad de catorce años renunció a su herencia y se consagró al Señor.
Distribuía sus horas conforme a la regla, entre los cánticos religiosos, el estudio de la gramática y la meditación de las verdades eternas.
Gör som tusentals andra bokälskare
Prenumerera på vårt nyhetsbrev för att få fantastiska erbjudanden och inspiration för din nästa läsning.
Genom att registrera dig accepterar du vår personuppgiftspolicy.Du kan alltid välja att avsluta prenumerationen.