Om La guerra de Angola. Historias no contadas
La guerra de Angola, historias no contadas, es una bitácora testimonial ágil, con ese estilo corto, trepidante que lo mismo se apura que se detiene para narrar- revelar- recordar las peripecias africanas, en año y medio, del Sani. Su primera virtud formal es la de narrarnos en tiempo real. El uso del tiempo presente nos sitúa casi en tiempo real al lado del Sani (diminutivo para sanitario, la principal función de Pedro) en sus preparativos para partir a la guerra. Contar asÃ, técnica que aparece en varios momentos del libro, es fundamental para introducirnos en una historia expulsada por la memoria colectiva de Cuba. Las transiciones del presente al pasado y viceversa es un segundo e importante recurso para el segundo momento fundamental de este testimonio: revelar.
El libro revela tres cosas esenciales de la participación cubana en la guerra de Angola. Primero, los tipos humanos: los hubo cobardes, los hubo valientes, los hubo ingenuos, los hubo villanos, coincidiendo todos en un punto: el desconocimiento. SabÃan que iban a una guerra, desconocÃan de qué se trataba. Segundo, el engaño ideológico: al leer el libro no hace falta que el autor nos diga que aquella no fue una guerra anticolonial. En su bitácora, en los momentos, escasos por cierto, donde se menciona al enemigo nunca aparece el ejército portugués. Portugal solo tiene referencia allà por un barrio y por un negocio donde los artilleros de los cañones de 130mm obtuvieron alguna vez bienes de consumo. Tercero, la cubanización, para bien y para mal, de la supuesta lucha antimperialista. No hubo, a la altura de 1976, despliegue del reciente hombre nuevo de la revolución. Los cubanos lucharon, pero robaron; se enfrentaron, pero corrieron; engañaron a sus esposas, cazaban animales, sustraÃan vino y cometÃan las indisciplinas de una tropa tan audaz como improvisada. También, incurrieron en la pederastia y eran ciertamente bromistas, hasta la crueldad en algunos casos. Manuel Cuesta Morúa
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