Om Lluvia en las dunas
Cuando se lee la poesía actual, a los lectores que aún no hemos renunciado a ella se nos queda una especie de vacío por lo que se dice y cómo se dice. Gracián, el conceptista barroco, nos recordaba que “no es solo parecerlo sino serlo”. Así, pocos poemas me han conmovido y convencido tanto como estos de Iliana Rosabal-Pérez. Ahondan en nociones como la soledad, la muerte, la desidia, la pobreza, la lejanía, el amor y el desamor con alegorías tan sólidas que no cabe comentar más que dos simples hechos: estamos ante una poetisa en toda su alucinante y madura dimensión y estos versos representan la sencillez de lo sublime y la sublimidad de lo terrible. He aquí un libro escrito con palabras que son (y no que parecen) poesía pura.
Radhis Curí
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