Om LOS BANDOS DE VERONA
ELENA ¿Lloras mi Julia?
JULIA Sí, Elena.
ELENA Templa el llanto a tus enojos.
JULIA Dos nubes hay en mis ojos que ha congelado una pena.
ELENA Lluevan, pues, y tu dolor mengüe, si alivio le das.
JULIA Antes cuanto lloro más, se hace la lluvia mayor.
ELENA ¿Di, cómo?
JULIA Mira la nube preñada de exhalaciones, que a penetrar las regiones del aire diáfano sube. que si del rayo el calor le hace derretir la nieve, de aquello mismo que llueve va naciendo otro vapor. Mira un río a su albedrío que al mar se va a despeñar, y por sus venas el mar le vuelve a hacer que sea río. Iguales hoy los enojos son del mal que me condena,una lloro, y otra pena vuelve a congelar mis ojos. Despeño el corriente frío de mis mejillas al mar, y este mar vuelve a prestar caudales de plata al río. ¿Pues qué importará en rigor despeñar corriente igual, si río logro un caudal, y nube abrazo un vapor?
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