Om Recorrer las huertas/Crónica de un crimen atroz
Al principio del siglo XX tuvieron lugar, en distintos puntos de la geografía española, algunos asesinatos de niños que presentaban en común el hecho de que la muerte tenía que ver con la creencia -extendida entre personas de muy bajo nivel cultural- de que la sangre, los intestinos y otras vísceras de los niños de corta edad podían curar o aliviar determinadas enfermedades.
La incultura de unos y la maldad y avaricia de otros se conjugaron para llevar a cabo dichos crímenes y fue de esa manera como nacieron las leyendas del hombre del saco y el sacamantecas, tan extendidas por toda la geografía española.
Interesado por el tema, me propuse dar vida a uno de esos sucesos utilizando el recurso de que fuera un testigo, de uno de esos lamentables sucesos, quien contara los hechos una vez esclarecidos y sus autores detenidos y juzgados.
Nació de esa manera la Crónica de un crimen atroz que, figuradamente hablando, dormía en un cajón del escritorio hasta que un día, al conocer las bases del certamen literario que organiza la Asociación Pro Guardia Civil (APROGC), decidió despertarse, transformarse en Recorrer las huertas y adoptar la forma de novela corta.
Así pues, Recorrer las huertas y Crónica de un crimen atroz narran los mismos hechos, si bien lo hacen con un estilo narrativo diferente.
Como quiera que Crónica de un crimen atroz se detiene en los personajes y en el proceso judicial a los culpables de una manera que, por limitaciones de espacio, no podía permitirse Recorrer las huertas mi consejo es que sea esta la que se lea en primer lugar, de modo que cuando se proceda a la lectura de la Crónica, si bien se conocerá la trama, el lector podrá conocer la vida y milagros de los personajes y, de alguna manera, los motivos que les llevó a planificar y ejecutar actos tan deleznables.
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