El Acuerdo de la Luna, Argentina y el futuro de la explotación de los recursos espaciales

Comparando el Acuerdo de la Luna con otros tratados internacionales sobre los espacios globales comunes -como los fondos marinos y la Antártida- esta obra concluye que en el caso de la Luna -así como el de otros cuerpos celestes- la explotación de sus recursos espaciales (y no sólo los minerales) actualmente está desregulada. Seguidamente se describen los numerosos proyectos y misiones de los Estados que ya accedieron o que planean acceder a la superficie lunar en un futuro cercano. Tampoco pueden descartarse iniciativas privadas al respecto. Parece entonces oportuno que la comunidad internacional procure lograr un consenso para regular de modo multilateral un dominio global cuyos recursos tienen un valor incalculable, en un mundo que lucha contra la desigualdad y con una agenda multilateral que se esfuerza por integrar los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el beneficio de las generaciones presentes y futuras. Entre los Estados hay un gran abanico de iniciativas domésticas en la materia pero las mismas no reflejan un consenso internacional. La única forma de lograr un marco regulatorio que goce de autoridad y que sea universalmente aplicable, en un mundo geopolíticamente fragmentado y en constante competencia tecnológica, es canalizar las negociaciones a través de las Naciones Unidas. Desde el año 1970, la Argentina tuvo un rol destacado en la elaboración del texto del Acuerdo de la Luna. Desde aquella época ha desarrollado competencias tecnológicas propias, ubicándose hoy en un pequeño grupo de países con capacidades espaciales de vanguardia. En este trabajo se propone que la Argentina activamente participe en las iniciativas para regular la explotación de los recursos espaciales (que incluyen los minerales) de la Luna y otros cuerpos celestes, integrando el país al mundo en las negociaciones internacionales en torno a esa materia.