Om EL VELLOCINO DE ORO
Yo llego a buena ocasión, si no me engaña el deseo; los mismos que dijo son hoy en su templo Febeo, el gran padre de Faetón. Aquí dijo que hallaría, en las siestas de este día, el Sol y Luna de España: ¡qué gloria los campos baña! ¡Qué resplandor! ¡Qué alegría! Diome el caballo Pegaso, de varias plumas vestido, que estampa en el aire el paso, cuyas alas me han traído de las cumbres del Parnaso. Puesto que la tierra y cielo puedo penetrar de un vuelo, porque toda plumas soy, ciega de mirar estoy
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