Om LA PRUDENCIA EN LA MUJER
Será la viuda Reina esposa mía, y dárame Castilla su corona o España volverá a llorar el día que al conde Don Julián traidor pregona. ¿Con quién puede casar Doña María, si de valor y hazañas se aficiona, como conmigo, sin hacerme agravio? Enrique soy, mi hermano Alfonso el Sabio. La Reina y la corona pertenece a Don Juan, de Don Sancho el Bravo hermano. Mientras el niño rey Fernando crece, yo he de regir el cetro castellano. Pruebe, si algún traidor se desvanece, a quitarme la espada de la mano; que mientras gobernare su cuchilla sólo Don Juan gobernará a Castilla. Está vivo Don Diego López de Haro, que vuestras pretensiones tendrá a raya, y dando al tierno Rey seguro amparo, casará con su madre, y cuando vaya algún traidor contra el derecho claro que defiendo, señor soy de Vizcaya. Minas son las entrañas de sus cerros, que hierro dan con que castigue yerros. ¿Qué es esto, Infante? ¿Vos osáis conmigo oponeros al reino? ¿Y vos, Don Diego, conmigo competís, y sois mi amigo? Yo de mi parte la justicia alego. De mi lealtad a España haré testigo.
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