Om MORIRSE A TIEMPO
A las seis poco más de una mañana del mes de los claveles y las rosas, el agudo chillar de una campana de la villa del Oso, anunciaba al curioso que, en la iglesia cercana, la misa de una boda se decía, y no anunciaba más, su voz parlera, porque más no sabía, que la lengua de bronce, bien pregone el dolor o la alegría, muda al afecto humano, obedece, no más, cuando mano del sacristán la mueve¿ ¿Es posible que existan las campanas estando en pleno siglo diez y nueve? El caso es que la boda pregonaba sin saber, ¡pobre ciencia!,
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